Aunque sólo he pasado dos semanas y media del mes de enero en Japón, aquí tenéis algunas cositas que me he ido encontrando este mes. Bienvenidos a Enero en imágenes (con sorpresa final).
Calcetines para sillas
Hay un pasillo en el supermercado al que voy habitualmente que siempre me sorprende. ¿Mi último descubrimiento? Calcetines para sillas. Por el módico precio de 4,80 euros, puedes comprar un paquete (vienen 4 calcetines, claro). Puede que sea una buena idea para no rayar el suelo o para decorar el mobiliario pero también resbalaría ¿no? Había 10 modelos distintos (marrones, negros y grises de rayas, cuadrados o lisos).
Hamburguesas
Para los que no habéis estado (y respondiendo así a algunas preguntas que me hicieron en España) en Japón no sólo se come sushi y se toma sopa a todas horas. La variedad gastronómica que ofrece este país es inmensa. Me gusta mucho la comida japonesa, es muy ligera pero reconozco que de vez en cuanto necesito sentir mi estómago lleno y, aprovechando que adoro comer hamburguesas, estoy haciendo una ruta por los restaurantes de hamburguesas que me recomiendan los japoneses. Este es el FireHouse, donde siempre hay gente haciendo cola (fijaos en las hamburguesas-tabuerete que hay en la entrada para esperar). La carne de la hamburguesa es buenísima y el aguacate… ¡delicioso!
Todas las veces que he comprado algo “pesado” han reforzado las asas de las bolsas para facilitarme el transporte pero nunca me habían preparado así una caja. Compré una estufa en una tienda enorme de electrodomésticos en Akihabara (el barrio tecnológico de Tokio) y, en vez de meter la caja en una bolsa de plástico después de pagar, ví que ponía un papel verde en la parte superior para después rodear la caja con una cinta y unirla a una asa para que yo pudiera llevarla sin problema. Lo hizo en menos de 5 minutos. Me gustó la idea.
¿Los japoneses beben?
Claro que sí. Y salen de fiesta como nosotros en España, bailan, están con sus amigos, “ligotean” y ¡beben mucho! Tenemos la imagen seria y trabajadora de los japoneses pero ellos también saben divertirse. Los locales son de lo más variopinto. Este fin de semana estuve en uno que tenía una una sombrilla dentro…
La música estaba a todo volumen y la gente estaba sentada en rinconcitos como este. Se pasan allí toda la noche. Pueden bailar, pedir comida (sea la hora que sea) y bebida hasta las 5 de la mañana. El grupo de la foto (majísimos, por cierto) bebían agua y decenas de chupitos como los que podéis ver en la imagen. Allí les dejé… No sé cómo acabarían.
Por cierto, normalmente se puede fumar en los bares. Donde no se puede es en la calle (menos en las zonas habilitadas para ello, Smoking Space) pero de esto os hablaré más adelante.
¡Está nevando!
Sí, en este momento mientras os escribo, puedo ver cómo caen los copos de nieve. Mirar la foto que (os) he hecho antes de subir a casa.
No tiene pinta de cuajar aunque todavía tenemos mucho invierno por delante y espero poder enseñaros Tokio cubierto de nieve. Donde sí cuajó -y de qué manera- fue ayer en mi ciudad, en Soria. No podía dejar de compartir esta imagen tan bonita con vosotros.

Es el Árbol de la Música de Soria, en la Alameda de Cervantes, un parque grandioso en el centro de la ciudad. No me estoy desviando, esto sigue siendo Japónyyo pero como hoy nieva en Tokio y ayer lo hizo en Soria… ¡Feliz día!