Érase una vez un japonés pintando con una esponja pegada a un paraguas

El domingo hizo un tiempo fabuloso en Tokio. Brillaba el sol y la temperatura era muy agradable así que decidí vestirme de dominguera-casual y pasar toda la mañana en el Parque de Ueno (alguna vez os lo he enseñado en el blog). El parque es muy grande, tiene incluso un zoológico integrado con, entre otros, dos osos panda, y siempre te encuentras numerosos grupos de personas rodeando al artista que pinta, al que toca un xilófono, al que hace juegos de magia… pero hasta ahora nunca me había topado con él.

Japonés pintando con agua

Japonés pintando con agua

Érase una vez un japonés pintando con una esponja pegada a un paraguas que tan sólo necesitaba un caldero con agua para dibujar en el suelo muchos animales. Incluso pintaba secuencias. Por ejemplo, fijaos en este oso: el de la parte superior ya tiene las cuatro extremidades mientras que el de la parte inferior sólo tiene dos. Si pintara varias y las visionáramos seguidas, veríamos a este oso en movimiento.

Osos pintados con agua

La destreza de este señor es digna de señalar y me llamó la atención la dirección en que la que pintaba: hacía los dibujos al revés. Él iba andando hacia atrás y los dibujos se dirigían justo hacia el otro lado. Creo que con este pequeño vídeo me vais a entender

¿Qué os ha parecido? Por cierto, este es el primer video que adjunto a una entrada del blog. Habrá más y mejores. Hay cosas que os las podré explicar mejor con imágenes en movimiento.

¿Hasta el próximo miércoles?

¡Ay! ¡Casi se me olvida! Tengo un regalo para ti que me estás leyendo. Si tú, tú, no mires alrededor.

Flor pintada con agua

Me la hizo con cariño el japonés que pintaba con una esponja pegada a un paraguas para  todos los lectores de Japón y yo.

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