Mi idea inicial era moverme por Tokio en transporte público, puedes llegar a cualquier parte y el servicio es excelente pero cuando empecé a ver tantas bicis aparcadas y comprobé que viandantes y ciclistas compartían acera sin ningún problema, me lancé y me fui al primer lugar donde me habían dicho que vendían. No tenía ni idea y poco me importaban las características: sólo quería que no fuera de montaña, tuviera cesta y salir de allí a dos ruedas.
¡Aquí está! Os presento a mi bicicleta tokiota o a “la bala verde”, en ese momento, todavía sin pedales y sin matricular, un trámite curiosamente obligatorio (cuando viví en Holanda no tuve que hacerlo). En la tienda puedes hacerlo todo; comprueban que eres residente, rellenas unos cuantos documentos, pagas los impuestos municipales y sales con tu nuevo vehículo preparado y registrado…
… así, si cometes una infracción (ir borracho, aparcar fuera de los sitios habilitados, llevar a alguien, ir con el paraguas) apuntan tu número de matrícula y te envían una multa al buzón de casa. Yo de momento no he tenido ninguna sanción económica pero alguna vez me han dejado una nota avisando de que no estaba bien estacionada. Lógicamente, no puedes aparcar donde te venga en gana, amarrarla a una valla o dejarla entre dos árboles, por eso es habitual que los edificios tengan parking de bici. Este es el de mi casa.
Casi siempre voy a todos los sitios con “la bala verde” -menos cuando el tiempo no lo permite- y eso me obliga a buscar un lugar donde aparcarla correctamente. Reconozco que cuando voy a clase de japonés la dejo en un sitio de dudosa legalidad pero siempre que puedo la meto en los aparcamientos públicos por menos de un euro unas cuantas horas.
Moverse en una ciudad como esta con la bici es maravilloso, las distancias se hacen cortas y crees poder llegar hasta cualquier rincón (alguna vez he tenido un dolor de piernas tremendo al día siguiente por ir demasiado lejos). La ciudad está preparada, todo el mundo la utiliza, hay muchos tipos, complementos curiosos y… ¡hasta aquí puedo leer! Que todo esto os lo cuento el próximo miércoles