No os quiero decepcionar. Puede que alguien me haya imaginado con un corte de pelo estilo japonés al leer el título y esperaba encontrar aquí la imagen del resultado pero, lo siento, la que fue por primera vez a cortarse el pelo el otro día fue Carlota. Yo, después de más de año y medio en Japón, he ido lógicamente en múltiples ocasiones. Todo estupendo, por cierto. Estilo occidental, sí.
Carlota no va tan a menudo como los seres humanos. La llevamos a la peluquería en enero antes de volar a Japón pero en las últimas semanas empezaba a parecerse más a una oveja en miniatura que a un perro. Además, el tiempo ha mejorado así que era el momento de iniciarme en el mundo de las peluquerías caninas japonesas. Hay muchas opciones y precios pero no tenía la intención de pintar las uñas a Carlota ni de darle un masaje así que opté por una aparentemente normal.
El peluquero, muy servicial, amable y paciente con mi japonés, quiso que ojeáramos previamente un libro sobre el corte para los West Highland White Terrier y repasar, zona por zona, cómo quería que se lo hiciera. Media hora después, empezaron.
Cuando vi que Carlota respondía -con gestos, ¡no nos asustemos!- a las indicaciones del peluquero, que no intentaba jugar con el perro de al lado y que no me buscaba con la mirada, me fui. Tres horas después, volvería a buscarla.
Y, así los encontré, dando los últimos retoques. Por cierto, fijaos en el bolso lateral que lleva el peluquero, ¡había casi diez tipos distintos de tijeras! (disculpad por el reflejo de la imagen).
El peluquero estaba encantado con Carlota. Les hice esta foto pensando que ya habíamos acabado y cuando fui a cogerla me pidió que esperara un momento.
Y así me la devolvió, ¡con un pañuelo atado al cuello! Un detalle simpático pero que no nos pilla por sorpresa. En nuestra primera visita al veterinario, también le pusieron uno. Parece ser una algo normal aquí y oye, que me encanta.
Muchos ya sabéis que en Tokio me muevo en bicicleta y aprovechando el buen día que hacía, fui a buscarla en bici para volver a casa dando un paseo.
Le encanta ir en la cesta, mirando todo y… tengo una sorpresa para vosotros. Grabé con el móvil un trocito de nuestro recorrido justo cuando pasábamos por el Palacio Imperial.
Os espero el próximo miércoles. Feliz semana.