¿Qué había en el sobre de mi compañera de gimnasio japonesa?

  • Inicio
  • Japón
  • ¿Qué había en el sobre de mi compañera de gimnasio japonesa?

Como os contaba hace unos días, una de las compañeras que tengo en el gimnasio aquí en Tokio me entregó un sobre antes de clase. Sé que os dejé con la intriga -era la intención- pero no os voy a hacer esperar más. Aquí tenéis su contenido.

Se va del gimnasio y quería que el mensaje me llegara claramente (a veces hablamos en japonés y las dos sabemos que de lo que decimos a lo que entendemos hay cierta distancia). Jamás habría pensado que me iba a encontrar algo así. No por el hecho de que se vaya, no. Es el detalle, el gesto de entregarme un sobre con su mensaje en inglés y en japonés. Me encantó. Agradezco estos detalles y adoro a la gente tan detallista. Por supuesto que en cuanto acabé de leerlo le planté un abrazo que a la pobre casi le da un patatús porque aquí lo del contacto físico y las muestras de afecto en público no se llevan mucho…

Las cosas no se podían quedar así. Por suerte nos quedaba una última clase de zumba juntas días después y ese era mi momento. Aquel día iba, muy emocionada, me tocaba a mi entregar un sobre.

En esta ocasión, ni inglés ni japonés. ¡Un abanico Made in Spain! ¡Y no sabéis lo que le gustó! Aquí usan mucho los abanicos y tienen una gran variedad pero ella estaba encantada con su regalo. No me abrazó, claro, pero me empezó a decir cosas bonitas, amables y “fáciles” en japonés . Juntas, entramos a nuestra última clase de zumba.

Estaba claro que el momento había que inmortalizarlo (y más estando en Japón). En este grupo nos llevamos todos muy bien y mientras meneamos el esqueleto pasamos grandes momentos, sobre todo risas, muchas risas. Yoshiko san, la compañera que se iba, es la que está a mi izquierda. Y sí, reconozco que hubo que repetir la foto varias veces porque en las dos primeras todos salían haciendo cosas con las manos menos yo… A la tercera fue la vencida. Aproveché para preguntarles algo que seguro muchos os habéis planteado alguna vez: ¿por qué siempre hacen gestos con las manos en las fotos y no salen “normales”? Me dijeron que lo hacen de manera automática, que desconocen el motivo pero que tampoco saben cómo ponerse para salir en las fotos.

No sé si volveré a ver a Yoshiko san pero sin duda su cariño queda en mi recuerdo y su detalle, para siempre, en Japón y yo.

Esta historia ya ha acabado pero falta algo… ¿De dónde saqué el abanico? Pues podría haberlo comprado aquí, pero no. Podría haberlo traído de España pero, tampoco es el caso. El abanico me lo dio Laura, compañera de vida nipona que, muy previsora – y conocedora de lo detallistas que son los japoneses- se vino de Onteniente con 50 abanicos como este Made in Spain. ¡Olé!

¿Te gustaría comentar algo?