Ramen, el cocido japonés

Una de las cosas que hacen que mi vida en Japón sea tan increíble es la variedad y la calidad gastronómica que ofrece este país. Una comida de media hora entre clase y clase se convierte en un acontecimiento y es un placer para el paladar porque todo está buenísimo, de verdad. Además, como en muchos lugares del mundo, los platos cambian dependiendo de la estación del año y hoy os traigo uno de los platos más recomendables durante el invierno japonés: el ramen. (Vale, sí, en verano también puedes tomar uno pero es como tomar un cocido en Sevilla en el mes de Julio).

¿Qué es el ramen? Es una sopa de fideos de trigo sazonada con salsa de soja con verduras, carne o pescado. Es un plato originario de China pero se considera casi un plato nacional. Hay cientos y cientos de restaurantes que sólo ofrecen ramen y, ¡a uno que nos vamos!

Exterior del restuarante de ramen

Este restaurante en concreto está a dos manzanas de mi casa y siempre hay japoneses haciendo cola (algo bastante habitual en Japón). Da igual si hace frío o está lloviendo, la gente espera paciente su turno. Mientras, puedes tomar un poco de té -gratis- y también recibir el calor de las estufas exteriores que, la verdad, se agradecen.

Esperando para comer ramenPero, antes de sentarte a esperar, debes comprar tu ticket de comida. ¿Dónde? Justo al lado del banco se encuentra una máquina con todo lo que ofrece el restaurante (bebidas incluidas). Eliges lo que quieres, pagas (por mi ramen fueron 950 yenes = 6,98 euros) y el ticket se lo entregas a la camarera.

Tickets para comer ramen

Ya estamos dentro. Fijaos porque la barra tiene forma de C, la capacidad total es para 20 comensales y todos nos sentamos rodeando a los cocineros que delante de ti preparan tu plato. Es muy curioso porque los fideos los mezclan con agua y cuando van a escurrirlos, lo hacen en el suelo, por eso llevan botas de plástico y esa zona del suelo es como una alcantarilla (no pude hacerle foto, ¡ya lo siento!).

Interior de un restaurante de ramen

Este sitio, y en general este tipo de establecimientos, suelen ser pequeños y aprovechan su espacio al máximo. El pasillo para llegar a tu sitio es muy estrecho y no hay percheros: te sientas en una especie de cajón de madera hueco donde puedes dejar tus pertenencias.

Asiento con agujero para guardar tus cosas

Te sientas, te ponen tu vaso de agua – en Japón siempre te ofrecen agua gratis – y esperas a que llegue tu ramen mientras otros ya disfrutan -como veis- de su plato. Al principio  para los occidentales no es nada fácil: los fideos son muy largos lo que dificulta la maniobra aunque, poco a poco, vas ganando en agilidad.

Japoneses comiendo ramen

Unos diez minutos de espera y !aquí está mi ramen!

Plato de ramenEl sabor es delicioso, ¡está buenísimo! y la salsa que acompaña a los fideos, a la carne, al huevo cocido y a las verduras me recuerda mucho a la del cocido, es muy similar. También la sensación cuando acabas es muy parecida, ¡yo con este casi exploto! pero los días de frío es un gustazo tomarte un ramen o «un cocido japonés».

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