Sobres japoneses… sólo para meter dinero

Hasta ahora no había necesitado ningún sobre pero cuando decidí regalarle el abanico made in Spain a mi compañera de gimnasio recordé que en el supermercado, en la zona de papelería, hay muchos sobres en un lateral y que quizá uno de ellos me serviría para entregar mi presente. Otra opción era envolverlo en papel de regalo pero me gustaba más esta idea.

Sobres en el supermercado

Como podéis ver hay numerosos modelos; es curioso pero no me paré a pensar si tendrían o no algún significado. Eran sobres, sólo eso. Sí que distingues los que son para entregar invitaciones de cumpleaños… ¿pero los demás? No le di más vueltas, son sobres. Compré el de las florecitas de colores con raya rosa y emocionada, le di el regalo.

Tengo una profesora que siempre me trae cosas de Japón para que vea y me explica para su funcionalidad. De las últimas, por ejemplo, una tela estrecha y alargada con dibujos típicos de aquí que yo utilizaría para poner sobre una mesa. No. Error. Ellos la compran para después cortarla en pequeños trozos que utilizan para limpiar. Pues bien, ayer apareció con estos dos sobres.

Sobres para boda y para funeral

«¿Sabes para qué son Maite san?», me preguntó mi profesora. Yo le negué con la cabeza. Me dijo que seguro que los había visto, que se pueden encontrar en muchos sitios, que sólo se utilizan para meter dinero y que ella siempre tiene en casa. Pero lo mejor viene ahora. Fijaos en el de la izquierda, el más sobrio: se utiliza sólo en caso de funeral. Cuando llegas, entregas a la familia del fallecido este sobre con dinero para ayudar en los gastos (algo habitual en Japón). Ahora, deteneos en el de la derecha, más “festivalero”. Este es para las bodas, para meter el dinero que regalas a los recién casados. ¿Curioso eh?

En ese momento me acordé del día que bajé al supermercado a buscar mi sobre para meter en abanico y se lo conté a mi profesora. Ya le dije que compré uno con florecitas, que no era ninguno de los dos que me había traído a clase. Me dijo que ese era para meter el dinero que das a los padres de un recién nacido. Ninguna de las dos podíamos parar de reír sobre todo porque ¿qué pensaría mi compañera de gimnasio cuando le entregué “el sobre del dinero”?

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