Tres detalles nipones para olvidar mi indignación con una japonesa

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Mi primera indignación con una japonesa tras lo ocurrido en el gimnasio me dejó mal sabor de boca. Claro que no hay que darle más importancia pero supuso una pequeña mancha en mi estancia nipona. Los días han pasado y hoy os quiero contar que ayer me ocurrió algo fabuloso… Bueno, ¡tres cosas fabulosas! que estoy segura de que el destino tenía preparadas para mi, para que mi indignación desapareciera y añadiera a mi diario nipón el día de ayer.

Casi siempre voy en bici a clase pero hace bastante frío y mi garganta lleva unos días un tanto débil, por eso decidí ir en metro. Tomé asiento y en la tercera estación entró un matrimonio japonés. Como debe ser, me levanté para que uno de ellos se sentara (un hecho poco común en Japón, ¡el sitio es sagrado! porque suelen ser recorridos largos dicen…). Se sentó ella y, al ver lo que había ocurrido, el chico de mi lado decidió también ceder su sitio para que pudieran sentarse juntos. Dos minutos después, ella sacó una bolsa de plástico y me regaló una grulla de origami.

Grulla en el metro de Tokio

Cuenta la leyenda japonesa que si construyes mil grullas, se cumplirá tu deseo. Ya salió este tema en el postUn día en Hiroshima donde os hablé de Sadako Sasaki: la pequeña japonesa, víctima de la bomba de Hiroshima, que intentó construir sus mil grullas.

Muy agradecida, me despedí de ellos y puse rumbo a una cafetería para pedir un café y llevármelo a clase. Cuando me lo dieron, me encontré con este mensaje.

Mensaje en un café nipón

Por mi voz, y porque llevaba una bufanda enorme sobre mi cuello, se dieron cuenta de que mi garganta no pasada por uno de sus mejores días. No es una traducción literal pero quiere decir que tengas cuidado con el frío, que te cuides…

Con mi grulla y mi mensaje cafetero subí a clase. En lugar de contar a mi profesora lo que había hecho durante el fin de semana (siempre empezamos así), le describí las buenas sensaciones que los japoneses me habían transmitido en ese corto espacio de tiempo. Sonrió y me dijo, ¡pues hoy hay algo más para ti!

Fruta nipona

Me había traído algunas piezas de fruta que había recogido recientemente del huerto de su familia. Menudo día, ¡y eran tan sólo las diez de la mañana!

Hasta aquí el post de hoy ¡que no sé de qué manera finalizar! Aunque creo que con un QUÉ COSAS TIENE LA VIDA es suficiente.

Pd. Mañana es festivo nacional en Japón y aprovecho para hacer otra escapada asiática. Os lo cuento el próximo

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