A Hello Kitty nunca le había prestado atención. Me acuerdo que, cuando era pequeña, el regalo estrella en los cumpleaños era cualquier cosa que tuviera su imagen: un estuche, una camiseta, una mochila… Yo nunca tuve nada de eso, ni lo deseé. Tampoco era ni he sido consciente todo este tiempo de su poder. «Cuando vuelvas en Navidad espero algo de Hello Kitty», me dijo una amiga antes de poner mis pies en Japón. En ese momento no le di importancia pero ella ya me estaba adelantandolo importante que es aquí esa gatita blanca sin boca con cuerpo de persona y un lazo en la oreja izquierda.
Hello Kitty no es sólo un dibujo rentable (la empresa japonesa SANRIO, propietaria de sus derechos de imagen, factura más de 250 millones de euros al año sólo por la venta de licencias). En Japón es algo más. En 2004 fue nombrada embajadora de UNICEF; cuatro años más tarde, también, embajadora de turismo de Japón.
La primera vez que me topé con ella y que llamó mi atención fue durante el fin de semana que pasé en el Monte Fuji. Buscaba un imán para la nevera cuando me percaté de un grupo de japoneses haciendo fotos a algo. Ese «algo» era ella; estaba de pie, tallada en piedra y costaba 100.000 yenes (unos 743 euros).
Desde entonces, la veo casi todos los días. ¡Está por todas partes! Y en todos los colores y formas que os podáis imaginar. ¡Pensar pensar! Por ejemplo, ¿en unas lentillas? ¿Podría estar en unas lentillas?
¡Claro que puede haber pequeñas cabezas de Hello Kitty en unas lentillas! Aquí las tenéis, en varios colores. ¿Perplejos? Pues tengo más. Su imagen llega hasta los tubos de escape.
¿Y qué me decís de esto?
Puedo imaginar vuestras caras en este momento. Hasta aquí todo es curioso, simpático, divertido, ¿surrealista?, pero, me vais a disculpar, no sé cómo calificar lo siguiente.
¿Un rifle con la imagen de una gatita supuestamente cariñosa y divertida? Es de verdad y se vende en Estados Unidos… (me gustaría saber qué pasa por la cabeza de Yuko Shimizi, la creadora de Hello Kitty).
Llegados a este punto creo que por hoy es suficiente. La gatita sin boca da para mucho y tengo más cosas que enseñar y que contar sobre ella pero no quiero empacharos y que hoy soñéis con Hello Kitty. A finales de esta semana tendréis la segunda entrega (con leyenda incluida).