1. Akihabara
El barrio tecnológico tokiota donde puedes encontrar desde un cable de un aparato de hace 30 años hasta el último modelo de televisión. Puedes, además, entrar en las múltiples salas recreativas y disfrutar de juegos de todas las épocas. Pero no. Nada de videojuegos. Lo que a mi querido acompañante le volvió loco son las pequeñas tiendas a pie de calle con todo tipo de piezas, artilugios, conectores – no sé cómo llamarlo – que puedas utilizar, incrustar, acoplar a un ordenador o similar.
Sí. Era la primera vez que iba con un “teleco” a Akihabara. Pasamos casi una tarde entera y no fue suficiente porque el último día ¡volvió! Y lo hizo en solitario… Demasiados cables para la que os escribe.
2. Buda de Kamakura
Uno de los días nos escapamos a Kamakura y Yokohama. Salir de la gran ciudad y buscar espacios más abiertos fue nuestro objetivo. También visitar el Gran Buda.
Como él dice, una pena que estuviera en obras pero el hecho de tener una grúa al lado ayuda a apreciar sus dimensiones. En el blog ya os he contado la historia de este Buda. Aquí tenéis el enlace (las fotos son muy bonitas).
3. Comida japonesa
No repetimos ningún día. Intenté que probara todo y os aseguro que se fue muy satisfecho y sorprendido con la variedad de la gastronomía nipona. Lo que más le gustó fue el udón y el ramen. Todo lo que tuviera “fideos largos” era bienvenido.
4. Debilidades de la sociedad japonesa
Hablamos un poquito de todo. Le llamó la atención la alta tasa de suicidios en Japón (sobre todo entre jóvenes y ancianos) por la presión social, depresión, desempleo… Es un tema importante que me gustaría abordar algún día en Japón y yo. El acoso en el metro a las mujeres (por lo que hay vagones sólo para ellas a primera hora del día) o que a las cámaras de los móviles no les puedas quitar el sonido para evitar hacer fotos a otras personas sin su consentimiento, son otros dos temas que le impresionaron.
5. Las infraestructuras
En cada zona, en cada rincón tokiota encontró edificaciones que fotografiar y que te obliga a estar mirando hacia arriba constantemente. Destaca Odaiba: una isla artificial en la bahía de la capital. Hasta allí os llevé hace ya un tiempo en bici, ¿os acordáis?
Extra
Casi siempre que viene alguien a visitarme acaba siendo entrevistado por alguna televisión nipona y en este caso no podía ser menos.
Querían ver qué imágenes había captado en su celular y el motivo. Además de los típicos templos, edificios, delicias niponas, mi querido primo fotografió el mural del restaurante donde habíamos comido.
Esa figura, trazos, colores son nuevos para nosotros pero los periodistas japoneses creo que no llegaron a entender el porqué de su atención. Fue un momento divertido. Es curioso cómo percibimos las cosas ¿verdad?
Querido primo, ¡gracias por visitarnos! ¡Gracias por los sugus! ¡Y las pipas! ¡Y los ibéricos! ¡Y los encargos! Qué pena no haber podido meter a la maleta a una que yo me sé…
¡Feliz miércoles a todos!