Si hace un año me preguntan qué es el NŌKEN habría respondido con cierto tono jocoso, “¿qué demonios es eso?” Pero lo cierto es que nadie me lo preguntó; fue recién empezada la academia de japonés cuando escuché por primera vez hablar de él; me dijeron, “¡tienes que hacer el NŌKEN!” Y en ese momento me enteré de que aSÍ se llama al examen oficial de japonés (JLPT en sus iniciales inglesas).
La convocatoria era, a nivel mundial, para el domingo 1 de diciembre; aún quedaban 3 meses para el examen y sí, sin pensarlo demasiado me apunté pero, ¡¿adónde iba?! Sólo me sabía los números, los días de la semana, perro, gato, amigo, gracias, hola y ¡me llamo Maite! Bueno, no tenía nada que perder. Por supuesto que me apunté, al nivel más bajo (al N5, hay hasta el N1) y a medida que pasaron las semanas (aquí os conté mis primeras impresiones sobre el japonés) empecé a motivarme. Un objetivo no le viene mal a nadie y a esta soriana que os escribe le vino estupendamente, ¡menudo último mes de estudio! No tenía tiempo material para aprender toda la gramática que entraba en el examen pero seleccionamos y, con la ayuda de mis profesoras, estudié lo básico para optar al aprobado.
Llegó el día y reconozco que me puse nerviosa. ¡Cuánto tiempo sin hacer uno! El examen tenía tres partes (vocabulario, gramática y listening) y mi mayor miedo era no poder leer todas las preguntas a tiempo; la verdad, mi ritmo de lectura es muy lento y en la segunda parte apenas pude entender las últimas cinco preguntas (de los textos mejor ni hablamos). No pasa nada, contaba con ello, era lógico. No tuvo el mismo problema la niña india de 10 años que estaba al otro lado del pasillo; del tiempo dedicado al vocabulario y a la gramática le sobró el 30%. Me encantó ver cómo durante los descansos del examen salía fuera del edificio a ver a su madre. Tomaba un zumo y volvía al aula.
Casi dos meses después, han publicado las notas del NŌKEN. Ayer por la tarde los teléfonos de todos los que estamos por aquí echaban humo, nadie podía ver la nota porque ¡la página estaba saturada! “¿Has aprobado? ¿Y tu amiga? ¿Sabes qué tal le ha ido al chico que conocimos ese día?”
Hasta ahora toda la gente que conozco ha aprobado el examen. La pequeña niña india seguro que también. ¿Y yo? Volver al primer párrafo y lo sabréis.