Después de patear Tokio visitando 29 pisos, solicitar el alquiler por 5, esperar varios días la respuesta, recibir 4 negativas, jurar en hebreo y consumir todos mis cartuchos de paciencia, ¡tenemos piso! ¡el súper piso! Bueno, vamos a ver, son 40 metros cuadrados pero es el más bonito y luminoso que he visto y además es nuevo. Está tan bien situado que creo que teníamos que sufrir un poquito para llegar hasta aquí.
Estas son las vistas desde el balcón, ¿qué os parecen? Reconozco que cuando visité el piso por primera vez y vi lo que tenía de frente dije «quiero vivir aquí, ¡por dios!», y cuando la esperanza estaba perdida porque la constructora no daba señales de vida, recibimos la buena noticia. Ya estaba todo hecho ¿no? ¡Ja!
Nos quedaban 8 días en el apartamento donde nos alojamos desde que llegamos a Tokio; tiempo suficiente para dar de alta la luz, el agua y el gas, comprar los muebles y electrodomésticos básicos (aquí la mayoría de los pisos se alquilan vacíos)… Pues no. No nos iban a entregar las llaves hasta 10 días después. «No hay problema —pensé— alargamos la estancia unos días». Vale. Aceptaron alquilarnos unos días más un apartamento pero no el mismo, ¡justo el de abajo! ¿Por qué? No lo sé. Me harté de preguntar pero aquí no son muy dados a argumentar. Pasamos del 701 al 601. Si hubieran tenido alquilado el 701 lo entiendo pero no era el caso. ¿Qué supuso eso? Hacer 2 mudanzas en 3 días. ¡Maldita sea! Pero no, no era lo único que tenía que hacer porque, de manera simultánea, debía estar en el nuevo piso para abrir a los de los muebles el día que los trajeron.
Y también, al día siguiente, para estar con ellos mientras los montaban.
No todo han sido piedras en el camino he de decir. Los de los muebles nos ayudaron mucho, entendieron que los necesitábamos cuanto antes y los enviaron muy rápido. El del gas y el de la luz se armaron de paciencia para explicar mediante dibujos, gestos y palabras algunas cosas…
Hoy os escribo con todo organizado y encantada de tener un hogar nipón. No todas las búsquedas son tan rocambolescas pero no es tarea fácil la de encontrar piso aquí. Casi todos los extranjeros con los que he tratado el tema han vivido situaciones parecidas. ¿Agotador? Un poco, pero merece la pena. Este país es maravilloso.